lunes, 22 de junio de 2020

Desde Macomia, en Mozambique, se...

...dirigen a nosotros nuevamente para hacernos partícipes de su precaria situación:

 
Colegio El Carmelo Teresiano - Madrid

Querida Comunidad Educativa de nuestro colegio El Carmelo Teresiano de Madrid.

Con mucho cariño y desde el sentido de familia que nos une, queremos informarles de nuevo sobre la difícil situación de este pueblo sufrido que continuamente le toca vivir una y otra experiencia de dolor.

Se trata de Macomía (Mozambique), donde se encuentra la Escolinha Estrelinhas, escuela infantil que nuestra Comunidad Educativa apoyó económicamente el proyecto de construcción de un aula para que estos niños pudieran recibir educación digna y sistemática.

Este pueblo y su gente, sufrió el 29 de abril de 2019 los estragos del ciclón “Kenneth”, que destruyó más del 50% de sus viviendas, la escuelita infantil, el Liceo, y los campos de siembra que los chicos cosechan para su consumo diario; en fin, un pueblo castigado por la naturaleza con rigor; no obstante, ellos con el apoyo directo de las Hnas. Carmelitas Teresas de San José, se propusieron con mucho entusiasmo salir adelante, y comenzaron a reconstruir sus viviendas y la escuelita con los aportes de nuestra comunidad educativa y otras ayudas también de personas solidarias.

Ahora, han sufrido el asalto de fuerzas violentas de pueblos vecinos que les ha destruido la ilusión de su proyecto de mejora, y vuelven nuevamente a partir de la nada; además de haber perdido muchos de sus seres queridos, unos por la violencia de los malhechores y otros de hambre al tener que darse a la fuga por los montes aledaños sin nada en las manos durante muchos días.

Ahora, las Hnas. se han ofrecido para colaborar también en un Hogar con 30 niños que los militares han encontrado perdidos en el monte, y con todos los cuidados posibles, porque también se enfrentan ante la difícil situación del covid-19.

Es muy duro hacerse a la idea de cómo es posible salir adelante con tantas y tan duras experiencias, pero ellos son un pueblo emprendedor, valiente y audaz que luchan incansablemente para superarse.

Ahí están nuestras Hnas. Carmelitas Teresas de San José, que con ilusión, entusiasmo y esperanza, los apoyan y dan su vida para lograr junto con ellos mejorar su situación.

No nos atrevemos a pedir ayuda económica, porque sabemos que aquí en España, también estamos todos pasando un momento difícil a raíz de la pandemia, no obstante sentimos el compromiso de informaros de esta situación, porque vosotros habéis colaborado en proyectos anteriores.

Sí, os pedimos a todos una oración por este pueblo sufrido y valiente que sigue luchando por conseguir superarse y después del dolor, poder restaurar la alegría.

Nuestras Hermanas tuvieron que salir de la ciudad, y se encuentran refugiadas en la casa de otras religiosas, desde allí siguen atendiendo como pueden a la gente de la Misión.

Adjuntamos dos mensajes que ellas mismas nos envían.

Equipo de Pastoral del Colegio El Carmelo Teresiano

Queridas familias, alumnos y Docentes del Colegio El Carmelo Teresiano de Madrid.

Ante todo un abrazo y nuestro agradecimiento por el apoyo que hemos recibido de ustedes a lo largo de este tiempo, estamos viviendo meses intensos y llenos de inestabilidad e inseguridad.

Desde el día 28 de mayo vivimos en permanente preocupación por nuestros hermanos de Macomía, quienes han vivido el ataque a la zona urbana y otras aldeas circunvecinas simultáneamente.

Nuestra tarea en estos días ha sido intentar por todos los medios comunicarnos con las personas conocidas que sabemos se encontraban allí, sobre todo para darles una palabra de aliento e interesarnos por su vida y por su situación y la del pueblo en general.

Hemos escuchado muchas historias de largas caminatas para salvar la vida o la permanencia en el monte pasando hambre y sed durante varios días.

Ante esta situación y tomando las medidas de seguridad necesarias, el día 4 de este mes de junio, decidimos hacer una visita rápida a Macomía con el objetivo de saludar y apoyar al menos, a nuestros trabajadores y de paso recoger algunos enseres que necesitábamos.

Salimos muy temprano, llegando allí sobre las 8 de la mañana, el panorama muy triste desde que entramos a Macomía, en el recorrido de los 5 km que distan desde la zona comercial hasta nuestra misión, fuimos observando en silencio el rastro de destrucción, veíamos también mucha gente cargando con sus pocas pertenencias en plan de exilio. En la misión lo encontramos todo en orden, los insurgentes no consiguieron llegar hasta allí porque fueron combatidos por las fuerzas de defensa que tienen instalada una base militar allí mismo.

Entre los daños a las infraestructuras del Estado nos impresionó cómo dejaron el hospital, la secretaria de educación así como otros servicios básicos. La destrucción de la zona comercial es lamentable. Sin embargo nos llamó la atención que muchos de los vendedores del mercado, también destruido, estaban ahí, comenzando a levantar sus ranchitos, para reconstruir nuevamente su vida en el más vivo ejemplo de resiliencia y valentía.

Al llegar a nuestra casa nos estaban esperando varios de nuestros trabajadores que nos recibieron con alegría y buen humor. Hicimos lo que teníamos pensado, primero limpiar un poco la casa ya con señales de abandono, recogimos lo que necesitábamos, de la escuela, de la escuelita infantil y del Hogar. Le entregamos algunos alimentos a nuestra gente, les distribuimos tapabocas, dimos las orientaciones pertinentes y con mucha tristeza salimos de nuevo de regreso a Metoro.

Todavía no sabemos cuándo podremos regresar definitivamente, algunas de nosotras, hubiéramos preferido quedarnos, pero por prudencia y porque el peligro no ha pasado, ni va a pasar en pocos días, tenemos que seguir esperando.

En este momento los sentimientos son muchos. Confiamos y esperamos en que Dios reconduzca nuestros destinos y sobre todo, que siga escuchando el grito angustioso de su pueblo. Sigamos rezando para que paren ya los ataques, y el pueblo que ya está cansado de huir, pueda descansar en su propia tierra y en su propia casa, en paz.

En nombre de la comunidad      Hna. Blanca Nubia Zapata ctsj  (junio 2020)


Querida Comunidad Educativa del Colegio El Carmelo Teresiano de Madrid y amigos todos, agradecemos su cercanía y acogida.

Nosotras aquí, muy tristes con todo lo que está viviendo este pueblo tan sufrido, no obstante les compartimos un poco la experiencia de estos días.

Como ya algunos de ustedes saben, en la madrugada del 28 de mayo un grupo de supuestos terroristas del estado Islámico que desde hace 2 años y medio viene aterrorizando a la zona norte de la Provincia de Cabo Delgado en Mozambique, atacó el distrito de Macomía, donde, desde hace 16 años, nosotras las Hnas. Carmelitas Teresas de San José tenemos nuestra misión educativa. Nosotras tuvimos que abandonar días antes el distrito por el riesgo que corríamos.

El ataque fue fuerte, cruel y duró 3 días.

Muchas personas comienzan ya a salir del monte después de todo este tiempo escondidos, otros llegaron a pié a los diferentes pueblos, personas que caminaron muchos, pero muchos kilómetros, algunos murieron de hambre en el camino y otros fueron heridos. Hay muchos niños que han quedado huérfanos y otros todavía no se sabe dónde están sus padres... De las personas que trabajan con nosotras algunas ya han vuelto pero de otras no sabemos nada... Es muy triste todo lo que estamos viviendo y se siente una gran impotencia. Estuvimos colaborando con Cáritas en la entrega de comida a 16,000 familias que han llegado aquí a la ciudad. También nos hemos ofrecido para ir a colaborar en un hogar donde están llevando a unos 30 niños que han encontrado los militares perdidos en el monte, claro, con todos los cuidados posibles porque aquí cada día aumentan más los casos del covid-19.... Gracias por sus oraciones y comunión…

Como resultado de esta barbarie tenemos la zona urbana totalmente destruida, la mayoría de las infraestructuras del Estado damnificadas y la zona comercial reducida a ceniza.

No sabemos aún el número de víctimas civiles y tampoco de las fuerzas enfrentadas. Sólo ayer, la gente comenzó a volver lentamente a sus casas, algunas fueron quemadas, otras saqueadas... Recuerden que hace sólo un año que vivimos la destrucción del paso del ciclón Kennette y muchas personas con entereza ya habían conseguido reconstruir algo.

Se salvó nuestra misión por estar en la parte alta, al lado de una base militar. A pesar de que los riesgos no han pasado del todo, hoy decidimos ir a visitar, alentar y ayudar por lo menos a nuestros trabajadores y sus familias. Por cuestiones de seguridad, tuvimos que regresar hoy mismo a la otra misión donde estamos refugiadas.

Nos duele el alma por el atropello a nuestros hermanos, nos indigna la injusticia, nos entristece la incertidumbre y nos sentimos impotentes. Sólo nos queda esperar y confiar en el Dios de la Vida.

En nombre de la comunidad,      Socorro González  ctsj         (junio 2020)


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